“Las rutinas diarias son para los niños lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. Ningún niño se siente cómodo en una situación en la que no sabe qué esperar. La rutina da una sensación de seguridad, da un sentido de orden del cual nace la libertad»
(Rudolf Dreikurs)
¿Cómo funciona la mente de los niños?
La mente absorbente y los periodos sensibles
Es importante conocer la mente del niño para entender la importancia del orden y las rutinas en su día a día. Su manera de aprender es básicamente diferente de la del adulto; tiene lo que Maria Montessori denominó mente absorbente; una mente que absorbe inconscientemente la información de su entorno, sobretodo en los tres primeros años de vida. Esta capacidad de aprender dura aproximadamente hasta los 6-7 años y por ello son de vital importancia las experiencias que viven.
Por otra parte, en términos de Maria Montessori, se habla de periodos sensitivos o «ventanas de oportunidad», para hacer referencia a los bloques transitorios de tiempo en los que El Niño presenta un destacado interés en un aspecto del entorno. Se identifican seis periodos:
- Periodo sensitivo del destete
- Periodo sensitivo del orden
- Periodo sensitivo por los detalles
- Periodo sensitivo sensorial
- Periodo sensitivo del lenguaje
- Periodo sensitivo del movimiento
El periodo sensitivo del orden, que alcanza su máximo desarrollo desde los 0 a los 3 años y medio, se relaciona con la necesidad de un orden externo y unas rutinas que implicarán el desarrollo de un orden interno.
¿Cuáles son los beneficios del orden y las rutinas?
- Seguridad y confianza. Podrán prever qué viene después de la actividad que están realizando.
- Tranquilidad y estabilidad. Conocer dónde se encuentran las cosas aporta calma y les ayuda a orientarse. Los puntos de referencia físicos son claves en el desarrollo temprano del niño.
- Autonomía. Gracias a las rutinas y el orden podrán involucrarse de manera más independiente en los hábitos del día a día.
- Previene la desviación de la conducta. Conocer la secuencia temporal de las actividades diarias y su repetición ayudará a que comprendan cuándo y cómo se cambia de tarea, lo que evitará o disminuirá un comportamiento desviado en los niños como el llanto al cambiar de actividad.
¿Qué es necesario en una rutina?
- Ambiente preparado. El espacio adaptado al niño es clave para que pueda desarrollar de manera autónoma las tareas del día a día. Disponer de una pila del baño a la altura del niño, o de un alzador le ayudará en su higiene diaria.
- Adulto preparado. Mostrar cómo se realiza la tarea que El Niño va a integrar, a su ritmo y con movimientos lentos es determinante para que pueda llevarlos a cabo.
- Secuencia temporal. Utilizar elementos externos como tarjetas con imágenes, ayudan al niño a recordar la secuencia de la rutina y le dará autonomía y más posibilidad de llevarla a cabo con éxito de manera independiente.